jueves, 27 de septiembre de 2012

Antecedentes de la posición 69


Parece que el verdadero erotismo comienza con el proclamado año erótico.

Es normal que el 69, como expresión y como práctica, haya estado borrado de la historia Occidente hasta tiempos relativamente modernos. ¿De qué nos extrañamos si en pleno Siglo XX pedir en un lupanar que una prostituta se desnudara por completo era visto como una aberración?

Habrá que esperar hasta mediados del Siglo XIX, cuando surgen las primeras teorías sobre la igualdad de los géneros, para encontrar testimonios del ejercicio de tan placentera postura. De 1848 es una deliciosa litografía atribuida a Achille Debería que representar a los protagonistas de Gemani en pleno 69. Pero entonces la postura aún no tenía nombre.

A partir del Siglo XX, los testimonios comienzan a multiplicarse y en la década de los sesenta el término entra con todos sus honores en la literatura, Otra cosa es que comience a practicarse con frecuencia, que no lo parece, al menos en el mundo occidental. Es significativo que, en todo el revolucionario informe de Shere Hite (1976).


En el templo Lakshmana de Khajuraho (India), construido en el Siglo X a. de c., contemplamos apasionadas estructuras en lo que Vatsyayana denominaría en los "Kama Sutra" "kalila" o "portura del cuerbo", tal vez por la costumbre de estos pájaros de entrelazar las cabezas, que no es otra que el 69.





Debía de ser tan practicada que el mismo Vatsyayana afirma que "algunas cortesanas están tan obsesionadas por esta forma de placer físico que abandonan a amantes ricos, honestos e inteligentes por hombres y vulgares, tales como esclavos o conductores de elefantes, que se avienen a esta práctica". En este momento en Europa se desarrollaba la Edad Media, donde esta postura resultaba simplemente inconcebible. Sin embargo, constituyó y sigue constituyendo una de las prácticas fundamentales del taoísmo.

Bien visto, el 69 es un "taichi" (símbolo taoísta) donde fluye armónicamente el yin y el yang. Para los tantrikas monjes que siguen el camino religioso taoísta a través del sexo. la práctica oral recíproca crea una progresiva corriente de energía que nivela, integra y regenera tanto el cuerpo como la mente. La pareja se convierte en el dios Genesh holgando con su "partenaire" en un estado de paradisíaco nirvana. Quizá por ello, representan continuamente la postura en libros y templos. En Bundi (India) se conserva una bellisima ilustración del Siglo XVIII donde una pareja real goza del "kalila" o 69. Pero podemos ir más lejos y así, vemos una detallada representación en uno de los paneles que tapizan una mansión persa del Siglo XIX: entre arabescos y decorativos tallos florales, dos estilizados amantes se lamen regocijadamente los sexos.






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